Rodeado por los inmensos farallones rocosos del Cañón de Añisclo, existe uno de los bosques mejor conservados del Parque Nacional. La angostura del desfiladero da un respiro en la Ripareta, ya que en este lugar desemboca el Barranco de la Pardina en el río Bellós. Al existir más espacio en el fondo del valle, se puede desarrollar este magnífico ejemplo de bosque atlántico, siendo el haya la especie dominante.
Las condiciones ambientales son perfectas para el crecimiento de estos árboles que buscan la mayor cantidad de luz posible. La espesura del dosel y la superficialidad de las raíces del haya dificultan el desarrollo del sotobosque, donde tan apenas crece el boj, el acebo y algunas herbáceos. Las plantas mejor adaptadas a este medio florecen muy pronto, al final del invierno, antes de que broten las nuevas hojas de los árboles.
En la Ereta de Bies tomar el sendero que asciende por el Cañón de Añisclo, dirección a Fuen Blanca.